jueves, 20 de agosto de 2009
Juan L.Ortiz- Para que los hombres...
Para que los hombres no tengan vergüenza de la belleza de las flores,
para que las cosas sean ellas mismas: formas sensibles o profundas
de la unidad o espejos de nuestro esfuerzo
por penetrar en el mundo,
con el semblante emocionado y pasajero de nuestros sueños,
o la armonía de nuestra paz en la soledad de nuestro pensamiento,
para que podamos mirar y tocar sin pudor
las flores, sí, todas las flores,
y seamos iguales a nosotros mismos en la hermandad delicada,
para que las cosas no sean mercancías,
y se abra ocmo una flor toda la nobleza del hombre:
iremos todos a nuestro extremo límite,
nos perderemos en la hora del don con la sonrisa
anónima y segura de una simiente en la noche de la tierra.
Juan L.Ortiz, La rama hacia el este (1940)
en Antología, Losada, 2002
martes, 18 de agosto de 2009
H U E S P E D- Maria Chapp
Ostras Sismos-Lucrecia Coscio
(La Sala de la Peste)
hilando cuentas de goteras,
durante la noche,
niebla el áureo rostro
de mi primera escuela.
Sube el frío por las zapatillas blancas,
y las medias tres cuartos
por las blancas tablas
del invierno
Sentada al borde de los acantilados
destejiendo tu regreso….
siquiera la penumbra
de luz impaga,
la ristra de culpas,
el clon de mi angustia
sonriendo
Hasta la ternura
del orfelinato de los sueños
meciendo cunas vacías,
sin quejas, ni llanto
ni descanso
Lucrecia Coscio-Libro de artista
por Rosa Machado
Ostras Sismos el libro de artista de Lucrecia Coscio. Su contenido nos lleva hacia un códice hermético relacionado con algo sagrado , porque habla de la integridad humana y permanece
Es coherente que se sostenga en un rollo porque este antiquísimo formato del libro
He querido atravesar este libro sólo a través del lenguaje, sin indagar en la vida de la autora. Sumergirse en la palabra y dejar que hable como un oráculo, con el propósito de alcanzar la luz que promete, aun en el hermetismo del fluir poético. Palpé señales .Encontré el canto al temblor del desterrado, el ostracismo, pero del
Tal vez desde el gólgota del propio universo podemos salir al universo todo y regenerar el oscuro tapiz
"Son tantos los universos que esconde el universo"....Quisiera saber cual es la memoria que genera su médula, cómo me alcanza esta sed de infinito que percibo en el aire cuando canta, cómo este puente entre la melodía y las Ostras, geometría divina , obscenidad sublime, refugio ineluctable de la intemperie primigenia, lugar calcáreo del retiro, que quiebra lo inquebrantable antes de alcanzar su significado y se divide absurdamente en un siseo conmovedor para decir Sismos, el quiebre, el caótico derrumbe, la grieta , el temor y el temblor… es cuando la soledad dice la palabra “ostracismo”.
jueves, 13 de agosto de 2009
Joaquín Giannuzzi
"Un arte callado", el libro póstumo del poeta Joaquín Giannuzzi (1924-2004), publicado por Ediciones del Dock.
Un estrecho vecino de nuestro tiempo y sus espantos que entre luces y sombras obligó a sacar cuentas en el tiempo terráqueo, porque la eternidad no permite contemplar errores. Escribió como un silencioso profeta, el hombre común, el pequeño hombrecito, el tipo de la esquina, el argentino contemporáneo, el habitante de la orfandad ideológica y tecnológica.
Bosquejó un mundo con un Dios severo y frío, en un patrón rígido, que no distingue un rostro entre los millones de rostros… donde la esperanza no figura en la tumba del tripulante del barco petrolero que solo era un esclavo, un obrero, un número más, como todos los hijos de esta época que pretende convertirnos en una máquina de producir. El tripulante contaminado ya no puede lavarse, todo en él “fluye oscuro” su historia es vida ofrendada a la creación de este mundo grandioso edificado sobre las espaldas de las mentes brillantes, de los santos inocentes, de la clase obrera y donde los sedientos perdieron al Altísimo en la decisión de construir en la materia ambiciosa… “ocupados en su progreso individual”
Gianuzzi va develando el paradigma del progreso y el “ascenso de la insignificancia” sin entregarse a utopías heroicas. En su práctica insoslayable de la dorada medianía mantuvo una sufrida posición, pero nuevas generaciones de poetas agradecen esa soberbia libertad. Purifica saber de donde venimos… leerlo es una experiencia de este desamparo.
Un sinceramiento que devela las promesas incumplidas del progreso ilimitado. En el que creímos y crecimos. Las derechas marcharon hasta el holocausto en su afán de orden y progreso… y sus víctimas tambien fueron los burgueses sin poder situados en la historia como ciudadanos “correctos, adecuados, municipales y obvios” que él describe con un potente pincel.
El hombre anónimo y oscuro , sin esperanza , absolutamente superfluo, un santo en su profunda postergación, que sostiene su arte renunciando al heroísmo de aquel que lo arriesgó todo, que practicó la irreverencia, que mordió el sexo del paraíso, que gozó la locura de la realidad, que alteró su fisiología y metió el dedo en la llaga antes de creer en la salvación… este “buen vecino” que no hizo del vacío una utopía , sino que se levantó todo los días cuando el reloj tocaba a diana , que jamás orinó, ni escupió, ni eyaculó fuera de foco, porque por respeto jamás lo haría y como dictaba su época no tuvo miedo de sí mismo ni metió mundo ni absoluto en sus venas.
Su conmoción positivista puso la razón en primer plano por eso “no arrulló entre sus brazos ninguna bomba, ni siquiera pacífica”. Esto, no le permitiría adecuarse a lo que el mandato del amor le imponía: un cotidiano obediente y entrañable en el cual el otro, su amado otro, ese que hace sonar las pulseras antes de salir, ese mortal que llora detrás de la pared, ese que “ruega redención y significado para todo” es el que lo enajena. El que espera del amor como el pantano la flor de loto. Basta el profundo compromiso levantado en la palabra, la palabra poética , tan sospechada siempre y condenada a las catacumbas, construyendo allí el lugar de lo sagrado. El otro fue para él una vocación, de amor, de servicio, de realización y de elevación. Sostenía algo casi perdido sobre la amarga trama de este tiempo, el cultivo de los vínculos del amor verdadero… Pero no hay reconocimiento o recompensa por la honradez o la inocencia, como corresponde al anonimato en las “grandes ciudades homicidas”. Ese otro que también es él mismo, exento de revelaciones pero gozoso ante los milagros, en su “balbuceo terrestre soplando pequeñas palabras” ante la inmensidad del misterio…
En el poema Magnificat pide la gloria del mundo al sentirse preñado por el milagro, el Santo Tomás en zapatillas, devotamente prisionero “este empleado del planeta: un soldado desconocido”… “que ha renunciado a conocer al juez” está deslumbrado por la música que ocupa su corazón. La carta del triunfo, la “gloria del mundo” ilumina ese “centro subjetivo” que reconoce en su poema “Es verano” “estoy a la misma distancia /de todos los puntos e instantes del horizonte circular” Desde allí entrega su testimonio. En el centro del amor y el sacrificio... Al leerlo sentimos que habla una verdad innegable, el sufrimiento y la soledad, a la vez, la certeza de no ser una partícula errante sino una constelación de partículas: la dalia, la ventana, el cerebro sano, un arte callado. Este rosario de particularidades en el que Joaquín Gianuzzi engarza una a una las perlas del instante eterno. Rosa Machado
Adoos
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